El precio del oro superó este lunes los 3.400 dólares por onza, estableciendo un nuevo máximo histórico. Este repunte se produce en medio de las crecientes tensiones entre el presidente Donald Trump y la Reserva Federal, así como por el impacto de los aranceles impuestos por su administración, que están generando incertidumbre en los mercados sobre la solidez de la economía estadounidense.

Los futuros del oro experimentaron un fuerte incremento del 2,69 % hasta situarse en los 3.418 dólares por onza a las 8:20 a. m. (hora del Este), impulsados por la caída del dólar, que ha tocado su nivel más bajo en tres años. Desde principios de año, el oro ha subido cerca del 29 %, y solo desde el anuncio de los nuevos aranceles el 2 de abril, acumula una subida del 8 %.

La tensión aumentó después de que Trump arremetiera el pasado jueves contra el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, afirmando que su “destitución no puede llegar lo suficientemente pronto”. Estas declaraciones se produjeron después de que Powell advirtiera que las políticas comerciales del presidente podrían traducirse en un aumento de la inflación en el corto plazo.

El viernes, el asesor económico de la Casa Blanca, Kevin Hassett, confirmó que el presidente está explorando vías legales para destituir a Powell. Además, Trump ha reiterado su exigencia de que se bajen los tipos de interés, cuestionando públicamente el criterio del máximo responsable del banco central.

El contexto de tensión política y dudas sobre la estabilidad económica de EE. UU. ha reforzado la demanda de oro como activo refugio. Además de los inversores particulares, numerosos bancos centrales han intensificado sus compras del metal precioso, impulsando aún más los precios.

Según Citi, el oro podría alcanzar los 3.500 dólares por onza en los próximos tres meses, ya que la demanda de inversión está superando la oferta proveniente de la minería. “Estimamos que las preocupaciones relacionadas con el impacto de los aranceles en el crecimiento tanto de Estados Unidos como global seguirán combinándose con una fuerte demanda por parte de bancos centrales y otras instituciones”, señalaron los analistas liderados por Kenny Hu en una reciente nota a clientes.

Este escenario refuerza la percepción de que el oro, tradicionalmente considerado un valor seguro, seguirá desempeñando un papel clave en las carteras de los inversores mientras persistan las incertidumbres sobre la política monetaria y comercial en EE. UU.