Con la llegada del otoño, la calabaza se convierte en una de las grandes protagonistas de la cocina saludable. Esta hortaliza, fácil de digerir y rica en nutrientes, no solo destaca por su sabor suave y ligeramente dulce, sino también por sus numerosos beneficios para el organismo. Originaria de América, la planta de la calabaza pertenece a la misma familia botánica que el melón, el calabacín, la sandía y el pepino. Su bajo contenido calórico y su valor nutricional la convierten en una opción recomendada por la Organización Mundial de la Salud.
Gran variedad con beneficios compartidos
Actualmente, existen múltiples variedades de calabaza, con diferentes formas, tamaños y colores. Desde la típica calabaza americana, pasando por la verde española, hasta la de forma de violín o de cuello curvado. Suelen pesar entre 2 y 8 kilos, aunque algunas pueden alcanzar los 600 kilos. A pesar de esta diversidad, todas comparten características similares: una pulpa anaranjada y dulce, una piel gruesa que permite una buena conservación, y una cavidad central llena de semillas altamente nutritivas, especialmente ricas en zinc y magnesio.
Una hortaliza muy versátil en la cocina
La calabaza se adapta a todo tipo de preparaciones y métodos de cocción. Es perfecta para elaborar sopas, cremas, purés, guarniciones, tartas, flanes o mermeladas. Puede cocinarse al horno, hervida, salteada o gratinada. Sin embargo, para mantener sus propiedades nutricionales, es recomendable no cocinarla más de 20 minutos.
Refuerza las defensas y previene enfermedades
Gracias a su alto contenido en vitaminas y minerales, la calabaza fortalece el sistema inmunológico, ayudando a prevenir resfriados y gripes. Además, su efecto antioxidante protege al organismo frente al envejecimiento celular y enfermedades degenerativas.
Aliada del sistema cardiovascular
Consumir calabaza contribuye a regular la presión arterial, prevenir la angina de pecho y mantener controlados los niveles de colesterol. Por ello, es ideal para personas con problemas cardiovasculares.
Cuidado digestivo y ocular
Su textura suave y su riqueza en fibra la hacen especialmente indicada para quienes sufren de problemas digestivos como gastritis, úlceras o estreñimiento. Asimismo, por su contenido en betacarotenos y otros nutrientes, es beneficiosa para la vista, ayudando a prevenir cataratas, fotofobia y ceguera nocturna.
Beneficios para el sistema urinario
La calabaza también protege el aparato urinario y los riñones. Es eficaz para prevenir infecciones como la cistitis, cálculos renales, retención de líquidos y otros trastornos renales.
Composición nutricional (por cada 100 gramos)
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Calorías: 28 kcal
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Proteínas: 1,13 g
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Hidratos de carbono: 4,59 g
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Fibra: 2,16 g
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Grasas totales: 0,13 g
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Agua: 92 g
Minerales:
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Calcio: 22 mg
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Hierro: 0,80 mg
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Yodo: 1,40 mg
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Magnesio: 8 mg
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Zinc: 0,20 g
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Sodio: 3,10 mg
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Potasio: 304 mg
Vitaminas:
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Vitamina B2 (Riboflavina): 0,07 mg
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Vitamina B6 (Piridoxina): 0,11 mg
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Ácido fólico: 336 µg
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Vitamina C: 12 mg
En resumen, la calabaza no solo es un ingrediente sabroso y fácil de incorporar en múltiples recetas, sino también un alimento altamente beneficioso para la salud general. Su consumo regular durante los meses de otoño puede marcar una diferencia positiva en el bienestar diario.