Los mercados de futuros de Estados Unidos registraban caídas este miércoles mientras los inversores evaluaban las consecuencias del cierre del Gobierno federal. La parálisis administrativa en Washington y la incertidumbre sobre su duración han generado preocupación en los mercados financieros, aunque otras noticias corporativas de calado también acaparan la atención.
Parálisis en Washington y su impacto inmediato
Los futuros vinculados al Dow Jones Industrial Average descendían 234 puntos, lo que representa una caída del 0,5%. En la misma línea, los futuros del S&P 500 y del Nasdaq 100 retrocedían un 0,6% y un 0,7%, respectivamente.
El detonante de esta situación fue el fracaso en el Senado, de mayoría republicana, para aprobar un proyecto de ley de gasto temporal en dos intentos consecutivos durante la jornada del martes. El Partido Demócrata busca aprovechar esta medida para consolidar una extensión de los créditos fiscales para la sanidad que benefician a millones de estadounidenses.
La tensión política ha ido en aumento. El martes, la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) ya había advertido a sus empleados que se prepararan para una posible interrupción de la financiación. El presidente Donald Trump calificó el cierre como “bastante probable” y culpó a los demócratas, afirmando que no los había visto “ceder ni un ápice”. Mientras tanto, los legisladores de ambos partidos continúan con el cruce de acusaciones sobre quién es el responsable de este punto muerto.
Riesgos económicos y precedentes históricos
Aunque históricamente el mercado bursátil ha tendido a ignorar los cierres de gobierno anteriores, la situación actual podría ser más arriesgada debido a la confluencia de múltiples factores económicos. Los inversores siguen de cerca la desaceleración del mercado laboral, los riesgos de inflación, las valoraciones bursátiles históricamente elevadas y los altos niveles de concentración del mercado.
La Oficina de Presupuesto del Congreso, una entidad no partidista, estimó el martes que el cierre resultará en la suspensión de empleo y sueldo de aproximadamente 750.000 empleados federales. A esto se suman las amenazas del presidente Trump durante el fin de semana de llevar a cabo despidos masivos de trabajadores federales si se producía el cierre.
A pesar de la coyuntura, los datos históricos sugieren que los mercados suelen comportarse bien durante estos periodos. Un análisis de Raymond James revela que, de media, los principales índices bursátiles han subido durante los cinco cierres de gobierno anteriores, con el S&P 500, el MidCap 400 y el Small Cap 600 registrando ganancias superiores al 3% en esos periodos.
La incertidumbre por la falta de datos clave
En esta ocasión, es probable que el mercado se centre en la duración del cierre, ya que una parálisis prolongada podría retrasar la publicación de datos económicos cruciales antes de la reunión de la Reserva Federal a finales de octubre. El Departamento de Trabajo comunicó el viernes que suspenderá prácticamente toda su actividad, lo que significa que el esperado informe de nóminas no agrícolas de septiembre no se publicará a finales de esta semana.
Ante la ausencia de datos oficiales, se espera que el informe sobre la creación de empleo en el sector privado del grupo ADP, que se publicará el miércoles por la mañana, adquiera una mayor relevancia.
“La falta de datos gubernamentales, especialmente el importantísimo informe de empleo del BLS del viernes, genera preocupación, ya que se esperaba en un momento en que el mercado laboral mostraba signos de debilitamiento y fue un catalizador para que la Reserva Federal redujera los tipos de interés hace un par de semanas”, comentó Mark Luschini, estratega jefe de inversiones de Janney Montgomery Scott. “Sin embargo, si la historia sirve de guía, estos cierres suelen terminar con relativa rapidez y sin causar grandes trastornos en los precios de las acciones”, añadió.
De hecho, el martes las bolsas parecieron ignorar estas preocupaciones, y los principales índices de EE. UU. cerraron al alza, culminando un mes de septiembre inusualmente fuerte. El tercer trimestre, que finalizó el martes, se saldó con una ganancia del 7,8% para el S&P 500.
Movimientos corporativos al margen de la política
Mientras la atención se centra en Washington, el mundo empresarial sigue su curso con importantes operaciones. Berkshire Hathaway, el conglomerado de Warren Buffett, está a punto de cerrar un acuerdo para adquirir el negocio petroquímico de Occidental Petroleum, conocido como OxyChem, por una cifra cercana a los 10.000 millones de dólares. Según una fuente cercana a la operación, el anuncio podría hacerse oficial en los próximos días. Esta sería la mayor adquisición de Berkshire desde la compra de Alleghany Corp. en 2022 por 13.700 millones de dólares.
Después de varios años de prudencia, Buffett, de 95 años, parece volver a la ofensiva con grandes operaciones. A pesar de sus recientes movimientos, la reserva de efectivo de la compañía ascendía a 344.000 millones de dólares a finales de junio. Por su parte, Occidental Petroleum, que cuenta con el respaldo de Berkshire, ha estado vendiendo activos para reducir la deuda contraída tras la compra de su competidor CrownRock el año pasado por 10.800 millones de dólares.
En otro orden de cosas, las acciones de Nike subieron más de un 3% en las operaciones posteriores al cierre del mercado del martes, después de que el gigante de la ropa deportiva superara inesperadamente las previsiones de ingresos y beneficios en su primer trimestre fiscal.